Tu habilidad interpersonal define tu efectividad

Las empresas necesitan líderes que no solo atiendan el cumplimiento de resultados. Incluso para lograr éstos, es necesario que quien ocupa una posición de liderazgo sepa aprovechar el ingenio de las personas y estimular su compromiso. 

Los líderes más efectivos -y por ello los más admirados- son quienes entienden el arte de gestionar personas y construir cultura. No bastan las metodologías y procesos de gestión, sin el complemento de los factores suaves: el jing/jang del liderazgo.

Un vicepresidente de Finanzas de un grupo empresarial, a quien acompañé como coach un tiempo, me decía: «Me doy cuenta que el 90% de las situaciones que gestiono desde este nivel de responsabilidad, no tienen que ver con aspectos financieros, administrativos o fiscales, sino son temas de factor humano«.

No basta ser un experto técnico o un estratega visionario. Todo líder necesita invertir en sus habilidades interpersonales, con las que aprenda a observar y entender, a escuchar más que hablar, a motivar y empoderar, para extraer lo mejor de los otros; ese capital no siempre explotado en forma correcta.

La materia prima del liderazgo es dominar las interacciones personales. Y esto no lo dan la currícula y posgrados académicos: Los líderes requieren hacer una decisión consciente de invertir en su desarrollo, para aprender de estos temas esenciales en el management moderno.

Las habilidades interpersonales toman diferentes formas y se suelen aplicar en cuatro niveles distintos: en la relación individual, en grupos pequeños, en áreas o equipos distintos, y en toda la organización.

• En la relación individual, ten presente que el otro -antes que su rol de proveedor o empleado- es una persona que piensa y siente. Al hablar con él, mírale a los ojos, escúchalo antes de hablar, entiende su necesidad de fondo, dile lo que valoras en él y hazle preguntas con las que le des oportunidad de elaborar y proponer.

• En grupos pequeños, prioriza el diálogo y la escucha. Haz buenas preguntas, ten presente la empatía y empodera a los otros. Esto te permitirá extraer de ellos sabiduría, conocimiento y creatividad, resolver problemas colectivamente y fomentar una sensación de seguridad psicológica.

• En áreas o equipos distintos, céntrate en cómo colaborar e influir para que las cosas sucedan. La agilidad y la innovación dependen de la cooperación interfuncional y de la capacidad de construir y trabajar a través de relaciones informales.

• En toda la organización, concéntrate en dar forma y alinear la cultura. Para empoderar, motivar e inspirar a las personas a gran escala. Es necesario que marques rumbo, comuniques un gran propósito convincente y proveas de un modelo cultural a seguir para el actuar diario.

Prueba lo anterior. Te aseguro que notarás la diferencia y encontrarás un camino para agregar valor para ti y para los demás.