Identifica a quien construye o destruye valor

McKingsey publicó recientemente un estudio sobre la motivación y productividad en las empresas, que revela que más de la mitad de los empleados afirman ser relativamente improductivos en el trabajo (Quarterly Report, 11 sep 2023). Distingue seis tipos de empleados en situación diferenciada y ofrece pistas sobre cómo volver a involucrar a las personas.

La pandemia ha obligado a realizar cambios importantes sobre dónde trabaja la gente, pero también sobre cómo y cuándo. Debido a los nuevos modelos híbridos y de trabajo remoto, las empresas se están replanteando las formas de medir la eficacia de los empleados, donde los costos laborales han aumentado mientras que la productividad de los trabajadores ha disminuido.

Según esta nueva investigación de McKinsey, la falta de compromiso y el desgaste de los colaboradores llegan a representar un costo anual para una empresa mediana del S&P 500, que oscila entre 228 y 355 millones de dólares (mdd) por en pérdidas de productividad. En cinco años, esto equivale al menos a 1,100 mdd en pérdida de valor por empresa.

Se trata de grandes cifras que afectan al corazón de la creación de valor. Para abordar el problema, los líderes deben comprender que la experiencia de los empleados no es monolítica y que las tácticas para aumentar el desempeño requieren enfoques segmentados. De modo que los líderes deben aplicar estrategias diferenciadas para cada situación distinta.

El estudio identifica seis grupos de colaboradores o arquetipos, en un espectro que considera satisfacción, compromiso, desempeño y bienestar. Estos grupos van desde los empleados muy insatisfechos y activamente desconectados (que representan más del 10% de una organización promedio) y que están destruyendo valor, hasta un grupo en el otro extremo del espectro que llaman “estrellas prósperas”. Aproximadamente el 4% de una organización promedio, estos trabajadores súper comprometidos no sólo se desempeñan a altos niveles ellos mismos, sino que también parecen difundir su compromiso positivo con los demás. Entre estos dos polos hay un vasto grupo de personas que afectan su desempeño y sensación de bienestar.

Dado que los esquemas de trabajo híbridos llegaron para quedarse, los ejecutivos han de buscar brindar la mejor experiencia posible para su gente, incluida la oferta de estructura y apoyo en torno a actividades que son idóneas para realizarse en persona o de forma remota.

El desafío para las organizaciones es alejar a la mayor cantidad posible de empleados del grupo altamente insatisfecho (que probablemente sea más grande y más destructivo de lo que la mayoría de los altos directivos creen) para acercarlos a un mayor compromiso. Una estrategia de este tipo implica dar oportunidades a las personas para redescubrir sentido y desarrollar sus habilidades, buscando beneficios financieros y organizativos a largo plazo.

Todos los estudios en las últimas décadas dejan claro que mientras mayor satisfacción y compromiso experimenten los empleados, mayor es su desempeño y bienestar. Lo contrario también es cierto.

Termino ahora enunciando los seis arquetipos de empleados:

1. Los que abandonan, van hacia la puerta o ya se han ido: 10%
2. Los disruptores que desmoralizan a otros (11%)
3. Los levemente desconectados (32%)
4. Los dobles cazos (con ‘z’) o poli-trabajadores (5%)
5. Los confiables que van más allá (38%)
6. Las estrellas prósperas que generan valor (4%)

En cada uno de los arquetipos, los niveles de satisfacción y compromiso están influenciados por una combinación factores. Es importante que los líderes organizacionales comprendan estos distintos grupos, para que puedan crear estrategias de retención y compromiso más personalizadas, que muevan a los empleados hacia la porción más comprometida.

En mi siguiente entrega -en 2 semanas- describiré qué hacer con cada uno de estos arquetipos, con el resumen de los factores que inciden o afectan el valor percibido en la experiencia de los empleados (VPE) y acciones sugeridas que las empresas pueden tomar.