¿Frustrado por el desempeño de tu equipo?

Seguramente has tenido momentos en que dudas del compromiso de tu equipo o te molesta su desempeño. Primero, hay que distinguir si tu temor está basado en datos objetivos o en temores subjetivos.

Antes que vayas a decirles lo que están haciendo mal, conviene que te hagas estas seis preguntas y descartes si has hecho lo que de ti depende como líder:

• ¿Has sido bien claro en comunicar las expectativas? Sin esta señal, su equipo no tendrá un sentido de propósito ni podrá organizar estratégicamente su tiempo, energía y recursos.

• ¿Son razonables esas expectativas? Si los objetivos actuales no son realistas, es posible que deba buscar más recursos o recalibrar sus expectativas. También es posible que deba brindar más orientación para ayudar a su equipo a lograr sus objetivos.

• ¿Podría estar sucediendo algo más? Si nota una caída en el desempeño de alguien, tenga una conversación directa y amable para averiguar la causa. Sea paciente: puede haber eventos personales en juego, como un miembro de la familia enfermo, una ruptura o responsabilidades de cuidado adicionales.

• ¿Estás dando el empowerment necesario? Revisa si has facultado correctamente a tu equipo, formándoles criterios y dándoles las metodologías que les brinden capacidad de autonomía. No microgestiones.

• ¿Estás manteniendo a todos en el mismo estándar? Cuidado con los prejuicios inconscientes. Si no estás seguro de ser justo con todos, habla con un colega de confianza para que escuches su perspectiva sobre la situación.

• ¿Estás proporcionando retroalimentación buena y oportuna? Comuníquese y establezca una conversación sincera tan pronto como aparezca una posible desalineación. Es mucho mejor detectarlo temprano y no dejar que los problemas se agraven.

Te darás cuenta de que varios de los factores de los que depende el desempeño de tu equipo están en tus manos y que el rol del líder es desarrollar estas competencias, de suerte que el equipo se cada vez más autónomo.