Cuando el trabajo aprieta

Cuando el trabajo se pone difícil por la sobrecarga o por el ambiente, nuestro enfoque puede pasar fácilmente del modo activo «¿Cómo resuelvo todo?» al modo reactivo «¿Cómo sobrevivo?».

Aquí hay tres simples tácticas que puedes usar en estos casos: 

• Recompénsate al terminar una tarea difícil (como escribir un informe) completando una tarea fácil (como devolver al compañero el material que te prestó). Esto te ayudará a controlar tu ritmo y le dará a tu cerebro un descanso para mantenerse productivo.

• Motívate con la parte placentera del proyecto difícil. Si no te gusta escribir informes pero disfrutas de la edición, piensa cuando habrás terminado, cómo quedará el texto y el efecto que hará en la audiencia.

• Usa las pequeñas «sobras» de tiempo para el descanso mental. Siempre hay intervalos de tiempo, minutos donde no puedes avanzar. Aprovecha estos momentos (antes de que comience la reunión) y respira lentamente, deja caer tus hombros, relaja los músculos y descansa.

Si no podemos reducir la carga de trabajo, sí podemos aprender a manejar mejor la tensión que nos causa.