Comparte tus logros sin jactarte

El éxito en el trabajo a menudo depende de ser y ser visto tanto competente como agradable. Necesitas que las personas se den cuenta de tu crecimiento y tus capacidades, al igual que se sientan bien al estar e interactuar contigo.

Por el contrario, a nadie le gustan los presumidos y menos los fanfarrones, quienes son percibidos como egoístas, inseguros y mentirosos; lejos de agradar, provocan molestia. Quien alardea sobre sí mismo, genera desconfianza y es percibido como poco competente. De hecho, estudios recientes muestran que quien es jactancioso suele tener un bajo desempeño y busca compensar con palabras su falta de logros. 

Mi padre decía: la espuma debe subir sola, pero también es cierto que a veces requiere de ayuda para subir. En general, alardear es socialmente inapropiado, exceptuadas ciertas condiciones.

Dejemos claro que hablar bien de sí es una cosa y alardear es otra. Una forma que evita el rechazo es hablar combinando verdad + humildad. Entonces, ¿cómo mostrar tu buen trabajo sin parecer pretencioso y generar reacciones negativas? A continuación, algunas ideas:

• Tu desempeño es tu mejor promotor. Tus obras hablan por ti, son tu mejor campaña publicitaria, sin que pronuncies una palabra. Soporta tu quehacer con hechos y datos. Luego arma una narrativa simple alrededor de ellos.  

• Si te preguntan, comparte. La humildad es admirable, pero si alguien solicita información o una respuesta que requiere que reveles aspectos positivos sobre ti, hazlo sin temor. Una pregunta directa merece siempre una respuesta directa. 

• Deja que fluya natural y aprovecha. Cuando la conversación avanza espontáneamente y se da la oportunidad, aprovéchala. Una entrevista de trabajo será excelente ocasión para mostrar tus logros. 

• Si otros comparten, comparte. Las «sanciones» por fanfarronear se suelen disipar cuando todos están en rol de autopromoción. Cuando alguien comparte contigo algo personal, sea un motivo de orgullo o una deficiencia, te sientes impulsado a corresponder.

• Busca un balance. Las personas con alto estatus saben hablar tanto de sus logros como de sus fallos. Ambos con mesura: «Ni tanto que queme al santo, ni poco que no lo alumbre». Todos sabemos que los grandes descubrientos están asociados a grandes fracasos. 

• Encuentra tus promotores. Los compañeros, jefes, mentores y  clientes satisfechos, siempre van a hablar bien de ti. Las personas valoran las buenas experiencias. Las interacciones positivas -no se diga las WOW- son uno de los más altos valores percibidos. Nada es más impactante que escuchar a un tercero hablar bien de ti … y satisfactorio para ti.