Que no gane tu perfeccionismo

El perfeccionismo puede ser un impulso para entregar un trabajo excelente, pero también puede aumentar tu ansiedad y disminuir tu productividad.

Para evitar que el perfeccionismo se interponga en tu camino, debes aprender cuándo es importante cuidarlo y cuándo el momento de dejarlo en paz. Una forma de hacerlo es crear un check list de los puntos esenciales.

Por ejemplo, si estás trabajando en los mensaje clave para un cliente, asegúrate de que la presentación incluya las principales preocupaciones del cliente y detalle por qué el cliente debe contratar a tu empresa. 

Tu perfeccionista interno podría preocuparse por continuar mejorando detalles como la fuente, la redacción perfecta y colores de la presentación, pero una vez que el check list está completo, respira y aléjate un rato del tema.

Algo siempre útil es pedir a un colega de confianza que te dé su punto de vista crítico. Quien tiende a ser perfecccionista puede necesitar que alguien le diga cuándo el trabajo ya es suficientemente bueno.

Recuerda asegurar primero lo escencial. Una vez que eso está bien cubierto, cuidar los detalles será un verdadero plus; pero nunca al revés. Los altos estándares son excelentes, pero no deben sustituir los objetivos básicos de tu trabajo.

Ángel Rivero, PhD

Consultor, Coach y Director general