No dejes que un revés derribe a tu equipo

Todos los equipos experimentan golpes y retrocesos: por la venta que no se consiguió, el proyecto que halló dificultades, la reunión que no funcionó bien con el cliente.

Y, además de los tropiezos normales, tenemos un sesgo de negatividad natural, por lo que estas decepciones fácilmente pueden eclipsar lo que va bien. La buena noticia es que las malas noticias no tienen que arrastrar todo ni a todos.

Puedes adoptar lo que John Gardner, experto en liderazgo, llamó el «optimismo del cabeza dura», que no significa negar lo sucedido sino mantener el enfoque, mostrando confianza, entusiasmo y tenacidad. Para conseguir esto: 

• Haz ver a tus colegas el progreso que están logrando

• Celebra las pequeñas victorias con frecuencia y en forma memorable

• Organiza una reunión el viernes para celebrar las buenas noticias de la semana

• Enfatiza las buenas noticias para disminuir el impacto de las malas

Mientras trabajas en esto, es posible que también tengas que lidiar con alguna «manzana podrida»: esas personas que chismorrean, guardan rencor, son reactivas y minan al equipo.

La negatividad puede ser contagiosa si se le da espacio, por lo que debes usar herramientas de coaching para hacerles conscientes y buscar cambio de actitud.