Más empowerment y menos micro-management

El  micro-management (ser directivo o dar seguimiento demasiado estrecho), es una práctica demasiado común y es una forma segura de desmotivar a los empleados y robarles oportunidades de aprendizaje y de mostrar sus capacidades y compromiso.  

Algunas personas confunden responsabilidad con hacer ellos todo. Piensan que así resultarán mejor las cosas. Pero esto no es así, porque ni tú eres perfecto ni trabajar de esta forma sería sostenible. Nadie puede hacer todo ni sería vida.

Cuando pensamos en micro-management, solemos imaginar un jefe gruñón que alza la voz y es hostil con sus empleados. Pero esto no es necesariamente así. Hay quien puede ser amable y pretender estar absolutamente en todo.   

Aquí hay 4 formas de estar atento para no caer en este pecado común en la gestión:

• Establece primero los resultados esperados. La próxima vez que asignes una tarea o proyecto, describe claramente el resultado que deseas y no cada paso que piensas que la persona dé en el camino. Clarifica bien la meta y dales la autonomía y el espacio que necesitan para hacer el trabajo.

Evita cosas como: «Me gustaría organizar un taller con tales personas, el día X, que abarque los temas Y, para llegar a la resolución Z». Sin querer ya le explicaste todo el proceso, aunque sea de manera figurada.

• Hazles visualizar los beneficios. No hay mayor motivador que tener claro las ventajas que esa tarea o proyecto nos traerán. Haz ver al equipo los impactos. Así estás provocando que emerjan los criterios que les servirán para tomar decisiones con autonomía y cuidar el resultado. 

Los grandes líderes permiten que las personas experimenten, cometan errores, aprendan y crezcan. Es la forma como se convierten en mejores profesionales. Puedes preguntarles: ¿cuál sería la diferencia entre ‘hecho’ y ‘bien hecho’? ¿qué factores harían ver que este proyecto resultó bien? 

• Fija expectativas claras para la retroalimentación. Al comienzo de cada nuevo proyecto, discute cuándo y cómo brindarás información constructiva. Esto te permitirá intervenir y redirigir el proyecto de ser necesario. 

Permíteles experimentar, cometer errores, darse cuenta y rectificar. Enséñales a analizar sus propios pasos y a aprender de las equivocaciones, en vez de que se avergüencen y lo escondan. 

• Busca perspectiva. Habla con tu jefe y cuéntale sobre tu equipo: de cómo estás ayudando a tus colaboradores a crecer, de los avances que van logrando, y de tu plan a largo plazo. Esto te ayudará a recibir tips, tomar confianza, demostrar competencia y escuchar ideas. Todo esto reduce la presión cuando toda la responsabilidad recae solo sobre ti y que provoca comportamientos de micro-management.

El empowerment es un poderoso motivador y estimula que surjan y se desarrollen capacidades en el equipo.