Elige mejor poniendo juntas tus opciones

Tomamos miles de decisiones todos los días, algunas muy simples y otras muy complejas. Para las decisiones simples, nuestro cerebro ha desarrollado recursos para no consumir energía. Tal es el caso de la intuición, propia del modo rápido de pensamiento, que reúne cientos de datos de nuestra memoria vivencial y en una fracción de segundo sabemos qué hacer (Daniel Kahneman, Pensar rápido, pensar despacio).

Para las decisiones más complejas, nuestro cerebro echa mano de capacidades racionales avanzadas que requieren de enfoque pero mejoran las posibilidades de hacer una elección «correcta». Sin embargo, la forma ideal de tomar decisiones es uniendo los mejores recursos de que dispone nuestra mente y combinar el raciocinio con la intuición.

Un truco para lo anterior es poner juntas todas las opciones que tienes, en vez de evaluarlas de una en una por separado, como se suele hacer. Por ejemplo, si estás decidiendo cuáles candidatos vale la pena entrevistar para un trabajo, es mejor poner los currículums de todos los solicitantes en una mesa;  compararlos, evaluarlos en conjunto para luego decidir a quién entrevistar.

En contraste, la manera típica era examinar individualmente el currículum de un candidato para formarse un opinión, luego pasar a evaluar el siguiente y, así, hasta el último. Esta forma tenía sus límites, ya que no se habían calibrado las opciones todas antes y fijar criterios objetivos de evaluación. y, por ejemplo, se era más estrictos al principio y menos al final o viceversa. También era fácil que, tras analizar a todos, se olvidaran detalles del por qué se calificó en tal forma a uno de los candidatos inicialmente vistos. 

Investigaciones recientes muestran que ver opciones en conjunto, como ésta, eleva las posibilidades de elegir el mejor objetivamente. Poniendo frente a ti toda la información a la vez, puedes comparar racional e instuitivamente las opciones más a fondo.

Ángel Rivero, PhD

Consultor senior, Coach y Director