Cómo relacionarte con colegas difíciles

Es fácil vernos atrapados en esos conflictos interpersonales en el trabajo. Esos de los que no es fácil aislarnos y producen múltiples efectos negativos, como: errores y retrabajos, resistencia o rechazo en la colaboración, creatividad reducida y una peor toma de decisiones. 

No es agradable, pero es una realidad frecuente que no podemos evitar, pero sí podemos aprender a gestionar mejor estas tensiones. Aquí hay cuatro formas de trabajar de manera más efectiva con colegas difíciles.

• Entiende que tu perspectiva es parcial. No es realista pretender poseer la verdad absoluta o esperar que todos estén de acuerdo contigo todo el tiempo. Cuando surjan diferencias, hazte preguntas como: ¿Qué pasa si me equivoco? ¿Cómo podría cambiar mi comportamiento? ¿Qué suposiciones estoy haciendo?

• Mira el conflicto como problema a resolver en conjunto. No asumas que el problema es solo del otro. Reflexiona sobre qué resultado buscas. ¿Quieres llevar un proyecto a buen puerto? ¿Deseas construir una relación de trabajo saludable que perdure? ¿Qué te haría sentir menos frustrado que dependiera de ti? Piensa antes de actuar y mantén tu mira en el objetivo.

• Evita ventilar el asunto con otros o chismear. Elije con quién hablas y qué compartes: sé prudente. Busca retroalimentación en personas que sean constructivas y discretas, que puedan desafiar tu perspectiva y ofrecerte alternativas. No centres el tema sobre el otro, sino sobre ¿qué puedes tú hacer diferente?

• Experimenta para encontrar lo que funciona. Comienza por pensar en dos o tres métodos que puedas probar. Por ejemplo, si deseas mejorar la comunicación con un colega gruñón, proponte ignorar su tono durante dos semanas y concéntrate en la sustancia de sus mensajes. Pequeñas acciones pueden hacer diferencia y tener impacto.

Probablemente sea imposible evitar los conflictos, pero podemos aprender a manejarlos mejor.