Tú, ¿cómo reaccionas ante los errores?

 

Management Tip

 

Tú, ¿cómo reaccionas ante los errores?

 

 

Uno de los desafíos más grandes que tienen las organizaciones en estos tiempos de cambios exponenciales está relacionado con «la cultura del error», donde la innovación es un ‘most’ del que las empresas de hoy no pueden sustraerse.

 

Cada vez más vemos o escuchamos mencionar la innovación dentro del ambiente laboral: hacer cosas distintas o pensar fuera de la caja. Inclusive se le incluye entre los valores formales que las compañías muestran en sus websites, como parte esencial del ADN del negocio.

 

Sin embargo, constatamos frecuentemente que el discurso y las expectativas no van de la mano con acciones que favorecen el pensamiento innovador. A veces, al contrario, existe toda una cultura práctica opuesta. 

 

La «cultura del error» se refiere a los comportamientos que se muestran en las empresas ante un integrante que se equivoca, y las consecuencias ligadas a ello.

 

En este sentido, las empresas se dividen en cuatro categorías según su reacción ante un error: 1) las que no lo aceptan y aplican sanciones; 2) las que lo aceptan, pero buscan evitar su presencia; 3) las que lo promueven para fomentar la creatividad y la innovación; y 4) las que premian el error responsable, porque éste contribuye a generar nuevos productos o servicios.

 

Comprendamos que no todos los errores son iguales. Podemos identificar una amplia gama de errores, pero la distinción fundamental está entre aquellos que son «loables y esperables», hasta los que «no son aceptables» y encienden las alarmas cuando se producen.

 

Un estudio publicado por la BBC, detalla seis razones por las que es bueno cometer errores:

  • Así es como aprendemos. Pensemos en un bebé cuando aprende a caminar o en un gimnasta perfeccionando su rutina.
  • Puede generar consecuencias positivas inesperadas. Alexander Fleming descubrió la penicilina después de que una placa de Petri que dejó olvidada cuando se fue de vacaciones se contaminó con un hongo.
  • Nos enseña quiénes somos realmente. Hagamos memoria de la emoción que recorrió nuestro cuerpo ante una nota mala en un examen importante en la universidad, cómo lidiamos con la desilusión.
  • Podemos liberarnos para perseguir nuestras metas. Mientras que el miedo al traspié puede a veces hacer que no probemos cosas nuevas, aceptarlos como parte de la vida puede generar el efecto contrario, liberándonos para perseguir nuestros objetivos sin limitaciones.
  • Puede ayudarnos a clarificar necesidades. Cuando nos equivocamos muchas veces nos damos cuenta qué es lo importante y qué no.
  • Puede hacernos reír… más tarde. Cuando tomamos perspectiva con el paso del tiempo y a la distancia óptima, releemos con humor los hechos.

 

Una vez hecha la distinción entre errores buenos y malos, van algunas preguntas para reflexionar: ¿A qué llamas asumir riesgos con responsabilidad? ¿Cuáles son las buenas razones para equivocarse? ¿Qué hacer o no hacer ante la comisión de un error? 

 

 

Ángel Rivero, PhD

Consultor, Coach y Director general

angel@doxaconsultores.com.mx

 

 

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Lectura recomendada: «How to Free your Organization from Rigidity«, de Adrian Klammer, Thomas Grisold y Stefan Gueldeberg, en Harvard Business Review (HBR.org) jul 2019.

En colaboración con HBR.