Que las notificaciones no arruinen tu productividad

¿Cuántas notificaciones ‘push’ recibes en al día? ¿cuánto tiempo te consumen? O bien, ¿qué tanto te distrae cuando estás haciendo algo y en tu pantalla de teléfono se atraviesa una notificación? 

La mayoría de las personas responden «demasiado». Todos sabemos que nos desempeñamos mejor cuando tenemos bloques de tiempo para trabajar sin interrupciones, y las investigaciones lo confirman. No obstante, los sonidos y zumbidos de nuestros dispositivos móviles hacen imposible encontrar ese espacio de tiempo, dada la variedad de apps útiles disponibles.  

No se trata de aislarse del mundo, poniendo las cosas en blanco/negro, sino solo de ordenar la forma en que recibes los múltiples tipos de alertas. Para eso, basta elegir la frecuencia adecuada con la que «dejas que la tecnología te moleste». Las notificaciones son herramientas que, mientras la uses correctamente, juegan a tu favor; o por el contrario, te hacen improductivo.

Una buena manera de hacerlo es desactivar las notificaciones en tu tablet y smartphone. Es una muy buena alternativa para cuando deseas enfocarte sin interrupción. La forma simple de hacerlo es activar el modo avión por el tiempo que deseas concentrarte, y, lo desactivas al finalizar. El modo avión inhabilita tod intercambio de datos celulares, por lo que no solo evitas las notificaciones y alertas, sino llamadas y correos electrónicos.

Hay otros modos menos radicales de lograr enfoque, desactivando solo las notificaciones. Con ello evitamos esos mensajes invasores que nos tientan constantemente a distraernos. La configuración de Notificaciones ofrece varias posibilidades para que cada uno regule la forma en que se nos presentan las alertas y mensajes.

Lo más aconsejable es desactivar las notificaciones que irrumpen sobre lo que estamos haciendo y limitarlas al solo Centro de Notificaciones o que se marquen en forma de «globos», pero restringiendo las «tiras» invasoras que aparecen repentinamente a toda hora en la pantalla. 

Hecho esto, puedes programar los momentos a lo largo del día donde revises los mensajes y respondas a tus correos. El reto al inicio es resistir a consultarlos continuamente; después se forma el hábito.

Si lideras un equipo de trabajo, establece con tus colaboradores tus expectativas y los criterios respecto a la rapidez con la que las personas deben responder según os distintos temas de trabajo. Y asegúrate de que tengan ventanas de tiempo tranquilo para hacer un trabajo profundo.