Pasos hacia la felicidad

Como en ningún otro momento del año, en esta époco surge el deseo de felicidad y se manifiesta de inumerables formas. La felicidad da sentido a nuestra existencia y por ello pasamos la vida en su búsqueda.

Todos deseamos ser felices, pero quizás pocos saben dónde reside la felicidad cómo se alcanza y cómo se disfruta. Por ello buscan a ciegas, a ensayo y error, o suponiendo dónde la hallarán, frecuentemente sin éxito.

Una historia antigua narra que, cuando los dioses se reunieron para crear a la humanidad, quedaron estupefactos pues el resultado de su obra fue más allá de lo esperado. Entonces algunos dioses se inquietaron porque los hombres  poseían tantas virtudes que podrían convertirse en una amenaza para su estatus. Para protegerse, decidieron fijarles un límite: les mantendrían todos sus dones y capacidades, excepto uno solo: no tendrían la felicidad; estaría escondida y habrían de alcanzarla, en un sitio donde los hombres no pudiesen encontrarla fácilmente. 

Uno de los dioses cuestionó: pero ¿dónde la podremos esconder para que no la encuentren pronto? Otro dijo: ya sé, ocultémosla dentro de una cueva en la montaña más alta. Mas otro sugirió: son tan capaces que un día llegarán a esa cima. Entonces -otro dios dijo- sumerjámosla hasta las profundidades del abismo. Pero otro de los dioses replicó: tienen la tenacidad para vencer los límites y llegar un día hasta allí. Pues enviémosla a otro planeta -interpuso otro-. No -continuó el anterior- los hombres cuentan con la inteligencia para conquistar el espacio y aún allá la encontrarán. Mientras transcurrían discutiendo, el más anciano de todos los dioses observaba callado y, de pronto, declaró: existe un solo lugar donde esconder la felicidad, hay un solo sitio donde nunca la buscarán: escondámosla dentro de sus corazones. Y, desde entonces, pasamos la vida buscando desesperadamente la felicidad.

Quizpas estos cuatro pasos podrían acercarnos un poco a ella:  

• Deja los pensamientos negativos. En vez de luchar por enterrarlos, debemos apropiarnos de ellos y hacernos preguntas como: “¿hay evidencia detrás de esto que pienso?” o “¿esto se basa en hechos o solo en sentimientos?”. Un poco de introspección puede ayudarnos a superar esos pensamientos que rondan nuestra mente de noche.

• Perdónate, no eres perfecto. No seas tan duro contigo. Si eres compasivo y apoyas a otros, ¿por qué no te das ese cariño? Sé que esto pareciera difícil cuando hemos crecido aprendiendo a castigarnos por nuestros «fracasos». Pero eso es solo una percepción. El oro se purifica en el crisol y los errores nos hacen crecer.

• Dinero y bienes ayudan pero poco. Las evidencias nos muestran que quienes poseen millones no son más felices que nosotros. Los estudios han dejado en claro que la felicidad no depende de factores materiales, sino de potenciar las experiencias más humanas y mientras más naturales sean éstas, mejor aún. Ríete, abraza, respira, escucha, saborea.

• Disfruta el camino presente. Todo indica que estábamos errados al asumir que la felicidad es un punto de llegada. Las personas que reportan mayores índices de felicidad coinciden en ver el camino de la vida como la ocasión y el sitio mismo donde se halla felicidad. Piénsalo.   

Ángel Rivero, PhD

Consultor senior, Coach y Director