Haz rendir más tu tiempo y logra más

En cualquier círculo escuchamos a amigos o compañeros de trabajo lamentarse por estar llenos de trabajo. Vivimos saturados o hasta sobrepasados, llenos de estrés: siempre hay más que hacer y cada vez nos rinde menos el tiempo. ¿Te suena familiar? 

Las personas más exitosas viven esta misma situación e, igual que nosotros, enfrentan múlltiples obstáculos. Pero les distingue tener metas claras y concentrarse en ellas con motivación firme. Claro que se requiere esfuerzo, pero enfocarnos en lo que queremos es lo que hace la diferencia entre lograrlo y no, y en qué tan rápido lo hagamos.

¿Tienes presente lo que sucede cuando concentras los rayos del sol con una lupa sobre un punto de una hoja de papel? De eso mismo se trata. Si los rayos del sol caen distribuidos sobre la hoja, aunque ésta esté expuesta por horas y horas no ocurre nada. Pero cuando los rayos se enfocan en un sólo punto, ocurre la magia.

Es un engaño pensar que trabajando mucho conseguiremos el éxito. Mi experiencia es que eso solo produce cansancio y frustración. Los grandes resultados no se dan con músculo sino con neurona. El trabajo inteligente reporta más que el mucho esfuerzo. Aquí hay cuatro recomendaciones que te pueden ayudar:

• Deja de querer hacer todo a la vez. Haz una lista de todas las actividades que piensas realizar en un día. Analiza la situación y fija prioridades. Elige tus batallas y enfócate en lo más rentable. Te darás cuanta que hay infinidad de cosas que haces «en piloto automático», solo por costumbre y que no agregan valor. 
• Ponte límites. Establece topes máximos de tiempo que dedicarás a una actividad para que ésta no robe tiempo para las otras importantes. Un horario máximo al trabajo te dará tiempo para otras actividades que te «oxigenan» y dan calidad de vida, para convivir y conocer experiencias diferentes, para hacer cosas nuevas y expandir tu cultura. 
• Pon en orden los distractores. Asignar tiempos para revisar y responder emails, whatsapp, redes sociales y mensajes es una práctica de la gente eficiente. Así tú manejas el tiempo, de lo contrario éste te maneja a ti. Una muy mala práctica generalizada es comenzar el día de trabajo respondiendo emails: eso te hace ponerte a trabajar para las prioridades de los demás y te desenfoca para trabajar en las tuyas.
• Delega todo lo que puedas. Siempre que te sea posible, delega trabajo en alguien más: le hace bien a él y a ti. Solo habilítalo para que sepa hacerlo: explicando qué debe hacer, asegurando que entienda el por qué y cerciorándote que sabe cómo.