Somos seres sociables por naturaleza y estamos diseñados genéticamente para pertenecer. Es la forma como sobrevivimos, maduramos y alcanzamos nuestro potencial en la vida y en el trabajo.
La ciencia muestra que cuando sentimos pertenencia se reduce la ansiedad y, en consecuencia, mejora nuestra salud biológica, nuestro bienestar emocional y el rendimiento en cualquier actividad.
Aquí hay algunas formas en que puedes crear una cultura de inclusión concreta, donde todos se sientan que pertenecen:
- Hazlos sentir únicos. No te refieras a las personas sólo por su título o función («la de marketing»). Añade toques que muestren que son únicos y el aprecio que tienes por la labor que hacen. Por ejemlo: «Ella es Sara, es parte de nuestro equipo de investigación y es quien nos provee de información sobre tendencias de mercado». La palabra «nuestro» realmente crea la sensación de estar en un equipo.
- Pídeles su opinión. No esperes a que la gente tome la iniciativa y hable. Invítales a compartir su opinión y haz eco de sus comentarios para que realmente se sientan escuchados. Como seres pensantes, las personas apreciamos ser valorados por nuestras ideas.
- Cuenta historias. Comparte las experiencias vividas en común: de los éxitos y los errores cometidos, de situaciones donde fueron vulnerables y de cómo lo superaron. Esto ayuda a conectarse emocionalmente y crea sentido de unidad.
Ángel Rivero